Sus rondas fueron sin incidentes. Todos sus pacientes eran nobles que sufrían enfermedades menores que habían explotado sus contactos para que los sanadores vinieran a sus hogares.
—Bien chicos, casi hemos terminado. —dijo Yurial una vez que habían revisado todos menos uno de los nombres en su lista.
—He dejado a este paciente para el final porque es un amigo de mi familia y podría llevar un tiempo. ¿Hay algún problema si volvemos un poco más tarde de lo habitual, profesor?
Ironhelm negó con la cabeza, no tenía motivos para negarse. Cuanto más tiempo cuidaba de ellos, menos papeleo encontraría a su regreso. Que alguien más lo hiciera por él era la razón principal por la que se había ofrecido como voluntario para la tarea.
—Estoy seguro de que puedes manejarlo sin mí. Tengo mucho que hacer. Diviértete con tu amigo. —Lith resopló, abriendo un Paso de Distorsión justo fuera de la sucursal local de la Asociación de Magos. Estaba a punto de pasar cuando Yurial lo detuvo.