—Los Reales pueden llamar a Lith un héroe por las hazañas que ha logrado como Mago, pero es por las cosas que hace como hombre que lo amo— dijo Kamila.
Elina sollozó un poco pero no dijo nada. Besó a Lith en la frente y ordenó una gran comida a uno de los muchos ayudantes de cámara.
—¿Cómo te sientes, Solus? —preguntó Raaz.
—Estoy casi tan cansada como Lith— Ella apretó sus manos para encontrar la fuerza para no caer en pedazos.
Hablar con Juria y decir adiós a Phloria le había causado gran dolor, pero no quería cargar a Lith ni hacer que el resto de la familia se preocupara.
—Volveré enseguida. Solo necesito colocar la torre en su lugar para que Lith y yo podamos recuperar nuestras fuerzas más rápido.
—¿Te importaría un poco de compañía? —Raaz notó su angustia y no quería que estuviera sola.
—Gracias, papá. Eso sería estupendo— Solus llegó al géiser de maná e invocó la torre, pero luego abrazó a Raaz y se dejó llevar.
