—No tiene sentido poner en riesgo las vidas de los Despertados en una batalla perdida. Pídales que traigan consigo a tantas personas como puedan.
—General Berion, en cuanto se complete la evacuación, quiero que actives el mecanismo de autodestrucción de las matrices y de la Puerta de la Ciudad. No quiero dejar nada que pueda ser usado en nuestra contra. —dijo Meron.
—Como desee, Su Majestad. —La tormenta aulló y golpeó las sólidas paredes de piedra de su oficina con tal violencia que necesitó un hechizo de Silencio para poder escuchar las órdenes.
—Excelente. —El rey asintió antes de volverse a Vorgh.— ¿Cómo va la situación en Vesta y Prode?
—Los magos del tiempo lograron alejar los vientos cálidos de las ciudades y dirigirlos hacia los ejércitos de Thrud. Tan pronto como perdieron el control del frente de la tormenta, se retiraron sin luchar. No perdimos ni un solo soldado ni Despertado.