—Por mi Mamá, hay más heridas en el cuerpo de Lith's que elementos en una lista de compras —Solus pensó mientras Bendición del Cielo le daba un informe detallado de la lamentable condición de Lith's—. Necesito detener el sangrado y arreglar sus huesos, o morirá.
Su técnica de respiración podría sanar la mayoría de sus heridas en unos segundos y recuperar su resistencia, pero sin nutrientes, su cuerpo todavía carecería de la fuerza para seguir luchando.
Solus regeneró primero la garganta de Lith's para que pudiera tragar los tónicos y luego estabilizó todas las heridas potencialmente mortales. El Tiamat bebió grandes cantidades de pociones que guardaba en su dimensión de bolsillo, permitiendo que Solus reparara sus órganos.
Con cada ojo que ella restauraba, su aura estallaba con fuerza renovada, algo que Iata no se perdió ni en su estado deslumbrado.