—Podemos usar esto como una oportunidad para tantear el terreno antes de regresar a Lutia. Soy tan débil como tu madre, pero al menos tendré a Jirni conmigo. Si las cosas se complican, solo tendrás que rescatarme—. Dijo Kamila.
Su plan era perfecto.
Probaría la buena voluntad de los Reales, comprobaría si había traidores entre los nobles e incluso funcionaría como una prueba para el novatada que los Verhens deberían esperar a su regreso.
Era el tipo de plan que Lith habría ideado si no le importara Kamila, convirtiéndola en cebo.
—No voy a usarte como una herramienta desechable—. Lith se acercó a ella, abrazándola con fuerza. Sus alas salieron de su espalda, envolviéndola en un intento de proteger a Kamila del resto de Mogar.
—Eres mi luz en la oscuridad. Mi corazón latiente. No voy a mentir, me diste la fuerza para superar uno de mis momentos más oscuros y la barrera que me impedía alcanzar lo violeta, pero eres débil.