—Sé que darle a la gente una herramienta tan poderosa está destinado a salir mal. Una vez que la red de amuletos se desarrolle lo suficiente, tomará vida propia y será imposible de controlar completamente. Lith asintió.
—Aun así, creo que deberías hacerlo. Mantener a tus ciudadanos encerrados los hace más fáciles de controlar, pero también limita el desarrollo del Reino. Tarde o temprano esa caja no será suficiente y perderás el control de todos modos.
—Puedes elegir oponerte al cambio hasta que te aplaste y luego malgastar años para contener el daño, o canalizar el crecimiento de tu sociedad y guiarlos en la medida de tus capacidades.
—Después de todo, pasará mucho tiempo antes de que alguien que no sean los maestros forjadores desarrolle su propia red. Hasta ese momento, los amuletos estarán bajo tu control.