—¡Lo siento! —Solus pensó mientras las fuerzas Despertadas aprovechaban la falta de trabajo en equipo entre Bytra y ella para rodearlos.— No te preocupes por mí y sálvate. Mientras Lith no muera, yo tampoco puedo. Solo perderé mi cuerpo humano de nuevo.
Intentó que sonara casual, pero el miedo en su voz la traicionó.
Solus no tenía idea de si la segunda vez tardaría menos en recuperarse o si tendría que esperar otros quince años. Además de eso, ni siquiera estaba segura de lo que sucedería con la torre y lo que contenía.
Si el edificio mágico retrocedía a su estado de un solo piso, no había forma de saber qué pasaría con los materiales almacenados en el Crisol, las minas y el Invernadero.
Más que la pérdida material, sin embargo, lo que la asustaba era la idea de perder la vida que apenas había comenzado a disfrutar.
