Entonces, el Fenrir convirtió el agua que los rodeaba en un pedazo de hielo, sellando cada movimiento del Dragón y debilitando aún más su fuerza.
Así como los elementos de Tyris eran luz y aire, los de Roghar eran oscuridad y tierra. Los utilizó para arrastrar el iceberg más profundo y para inundarlo con el elemento oscuridad para acabar con su presa.
Leegaain tomó otra página de uno de sus hijos, esta vez los Dracos. Activó la Fusión Dimensional, teletransportándose lejos de la trampa y de vuelta al aire donde su técnica de respiración restauró su cuerpo y núcleo de maná.
Un simple Parpadeo hubiera sido inútil ya que habría arrastrado el iceberg consigo. Además, Roghar habría visto el punto de entrada y lo habría contrarrestado con una de sus matrices. En cambio, la Fusión Dimensional no tenía tal problema.