—Trato a las personas como a mis experimentos, de la manera más directa y eficiente posible—. Aerth respondió con orgullo.
—Incluso la Abuela dice que eres un bicho raro y ahora entiendo por qué—. Solus suspiró. —Vendré aquí justo después de la cena—.
—Así que es una cita—.
—No, quiero volver a casa temprano. Mi padre todavía está hecho un desastre y quiero estar allí para desearle buenas noches—. Ella respondió.
—Hemos establecido un lugar y una hora y tú dijiste que vendrías. Así es como funciona una cita—. Aerth asintió con una gran sonrisa en su mente, claramente ajeno al subtexto de toda la conversación.
Mientras tanto, Lith ya estaba de vuelta en la torre y se estaba preparando para la noche.
—Dioses, decir que ese tipo es un dolor en el trasero es quedarse corto. Si no necesitara a Aerth para mis gólems, ya le habría dado la paliza de su vida—. Pensó mientras probaba diferentes conjuntos.