—La razón por la que luchamos tanto con cosas como la Alquimia y la Maestría en Forja es porque lo entendemos todo mal. Desde que entramos en la academia, hemos estado mirando el problema desde el ángulo equivocado.
—La magia falsa y todas sus ramas son estrictas, llenas de reglas y límites que el mago nunca puede superar. Los magos falsos no pueden cambiar la forma, tamaño e incluso la temperatura de una bola de fuego, a menos que reescriban el conjuro desde cero.
—La magia verdadera en cambio, es un flujo libre. No hay un número establecido de pasos o límites sobre lo que puedes hacer, siempre que tengas la fuerza de voluntad y la imaginación para hacerlo realidad. Nuestro problema desde el principio es que estamos tratando de ganar un juego siguiendo sus propias reglas en lugar de crear las nuestras.
—La mayoría de las cosas que he aprendido en la academia sobre conjuros de nivel cuatro son redundantes.