—Por supuesto que lo sé. —respondió Quylla—. Significa que el Marqués Beilin hizo que sus metamorfos vigilaran a mi madre, pero debido a su llegada inesperada, no tuvieron tiempo para acostumbrarse a sus nuevos cuerpos, ¡permitiendo que ella notara la torpeza de sus movimientos!
—A quién le importa eso. ¡Significa que descubrí una nueva especie! Lo llamaré Manohar 34 ya que es el 34º descubrimiento que he decidido compartir con el Reino. —respondió él.
—Primero, descubrimos una nueva especie. Segundo, esto podría ser peor de lo que pensábamos. Los metamorfos... -
La mosca en ciernes no tenía interés en sus disputas y siguió experimentando con su cuerpo hasta que lo dominó. El falso insecto se levantó y echó a volar, pero en lugar de ir contra la ventana cerrada como lo habría hecho una criatura tonta, se dirigió hacia el ojo de la cerradura de la puerta.