—Si añades el hecho de que el año pasado no invitaste a ningún funcionario del Reino a tu cumpleaños, que celebraste una fiesta privada en lugar de una gala, y que el Señor del Desierto visitó tu hogar, puedes entender por qué tu situación en la Corte se ha vuelto precaria.— Dijo Brinja
—Eso no es cierto. Invité a los Ernas.— Lith respondió.
—Habría tenido importancia solo si Lady Jirni y Lord Orion hubieran asistido.— Dijo. —Pero los únicos Ernas que vinieron a tu fiesta son los mismos que le dieron la espalda al Reino poco después de que tú lo hicieras y te siguieron en la órbita de las Bestias del Emperador.—
—Después de eso, te fuiste al Desierto por más de un mes y ahora incluso traes a Friya Ernas contigo. Después de que acabo de conectar los puntos para ti, ¿todavía estás sorprendido de que los Reales sientan la necesidad de asegurarse de si sigue valiendo la pena invertir en ti?—
—Punto tomado.— Lith asintió.