Después de demasiados fracasos, Lith había decidido tomarse un breve descanso de sus experimentos y concentrarse en refinar aún más su núcleo de mana.
—Nunca habría pensado que la Maestría en Forja sería tan agotadora— Lith se sentó con las piernas cruzadas sobre la alfombra que cubría el piso de su habitación mientras la energía del mundo fluía a través de sus siete ojos con cada respiración que tomaba.
—La técnica de mejora de mana de Menadion que Salaark nos enseñó aumenta enormemente nuestra capacidad de mana, pero al mismo tiempo, pone una gran presión en nuestros cuerpos. O al menos en el mío, ya que el de Solus es una masa de energía.
—Para empeorar las cosas, después de días de trabajar hasta el agotamiento, las grietas en mi fuerza vital han comenzado a doler de nuevo. No es de extrañar que Menadion muriera si se apresuró a enfrentar a su enemigo justo después de fusionar a Solus con la torre.
