Aunque no tenía un gemelo con quien practicar, tenía lo mejor de lo siguiente.
Gracias a la forma de Monóculo de Solus, él y Tista podían compartir un enlace mental perfecto. Además de eso, siempre y cuando estuvieran dentro de la torre, el núcleo de poder los aliviaba de la mayor parte de la carga que el artefacto infligía en sus mentes.
Después de enseñar a Tista la técnica de Xenagrosh, Lith había ideado para su hermana y él la siguiente rutina. Mientras él entrenaba, Tista lo estudiaría con los Ojos de Menadion para detectar sus errores y mantener a raya su fuerza vital.
Cuando la condición de Lith se acercaba al punto crítico, ella lo detendría y luego los tres revisarían las imágenes juntos. De esta manera, Tista no cometería los mismos errores cuando fuera su turno de practicar y los hermanos aprenderían el doble de rápido que si estuvieran solos.