—O tal vez sea porque soy el primero de mi especie. Después de todo, si tengo razón y tú eres un Demonio, adquiriste esta forma porque Mogar arruinó nuestra familia por mí. Soy el Padre de todos los Demonios, lo que te convierte en una especie de daño colateral.— dijo Lith.
—Gracias por tus amables palabras.— dijo Tista con desdén mientras también usaba magia de tarea para afeitar a Lith.
A pesar de su masa y piel más dura que el acero, logró hacerle más cortes de los que se había infligido a sí mismo en la Tierra usando su primera navaja.
—¡Dioses! No vuelvas a hacer eso nunca más.—
—Lo siento, pero realmente te ves como un vagabundo. No estoy acostumbrado a verte tan andrajoso.—respondió Tista. —Por cierto, ¿crees que deberíamos informar a la Abuela?—
—Excelente idea.— Lith reparó el daño en su rostro y necesitó un cuchillo encantado para deshacerse del vello facial que su hermana no había eliminado. —Deberíamos–—