El corcel de la Noche, Luz de Luna, se encontraba sobre un géiser de maná, proporcionando al Jinete y a su anfitrión la energía que necesitaban para entrenar sin parar.
Habían estado haciéndolo desde su derrota a manos de Vastor, sin tomarse un descanso excepto para reiniciar la Invigoración, comer y joder algunas vidas.
—¿Estás seguro de que tu madre no puede encontrarnos? —preguntó Orpal.
—Maldita sea, sí. A menos que ella y yo abramos nuestro enlace, mamá no puede rastrearme. Ahora cállate y practica. Tu cuerpo necesita un entrenamiento serio si quieres superar tu núcleo cian profundo. No puedo esperar para descubrir si tu hermano es único o no.
—Imagina la cara de todos cuando demos a luz a un segundo Tiamat, incluso mejor que el original. Sólo necesitamos darte un lado no muerto adecuado para reemplazar la Abominación.— dijo ella.