Al día siguiente, gracias a una noche completa de sueño, Lith había recuperado la calma y comenzó a planificar sus próximos movimientos. Primero, necesitaba encontrar una cura para los cuatro tipos diferentes de parásitos.
No solo se trataba de utilizar ese conocimiento para guiar desde las sombras a los Sanadores y alquimistas.
Ayudar a la Corona a desarrollar un hechizo o droga de magia falsa era de importancia secundaria. La prioridad era encontrar una cura para él mismo, para que incluso si todo saliera mal y las plagas se extendieran por el resto del Reino, él seguiría siendo el dueño de su propio destino.
El parásito que bloqueaba el maná era el que más le preocupaba. A diferencia de los demás, no causaba ningún daño directo al huésped, pero sin maná, un mago era como un águila sin alas.