—Los demás aquí son tus amigos así que no puedo hablar por ellos —dijo Baba Yaga al notar que Scarlett aún desconfiaba de Lith y Kalla.
—La enana no es mi amiga. Como mucho una colega. En cuanto a Kalla, es su boca en la que no confío —pensó el Scorpicore.
—¿Solus? —preguntó Lith a través del enlace mental.
—Lo siento, no los reconozco ni tengo idea de cómo funcionan. El sentido del mana los percibe a ellos y su núcleo de poder, pero eso es todo. Necesitamos acercarnos más —respondió ella.
—¿Te importaría mostrarme tu dominio sobre los Ojos? —Baba Yaga sacó a todos de su ensimismamiento—. Realmente tengo curiosidad de saber si el genio de la difunta Menadion logra superarme nuevamente a pesar del paso de los siglos.
—¿Conociste a Ripha Menadion? Y me refiero en persona —preguntó Lith, demasiado curioso como para contenerse.
Baba Yaga había sido nada más que una amiga de las chicas Ernas y ahora incluso de Scarlett a pesar de haberlas conocido una sola vez.