No puedo arriesgarme a que alguien del Consejo descubra la verdad sobre mí con una técnica de respiración o un hechizo y luego me chantajee o me use como conejillo de indias. Solo Faluel puede ayudarme a prepararme en caso de que algo salga mal. Pensó Lith.
En cuanto a Kalla, ella podría ser capaz de entender mi condición, si no incluso ayudarme a controlar la energía del Caos.
La Hidra abrió los ojos de par en par cuando Lith les contó los eventos que habían tenido lugar en la Mente mientras él estaba en Kolga y que su lado Abominación era en realidad su verdadero ser.
Sin embargo, ella no dijo nada mientras reflexionaba las implicaciones que podrían tener esas noticias.
—¡Oh, no! —Kalla sonó genuinamente sorprendida durante casi un segundo completo.
—De todos modos, escuché que podrías haber conseguido un gran cristal blanco. ¿Puedes darme un trozo del tamaño de una manzana? Haría un relicario perfecto.
