El punto muerto duró hasta que llegó un nuevo grupo de guardias y el matón tuerto retiró la hoja del cuello del rehén y empujó al anciano hacia adelante antes de clavarle el cuchillo en la espalda.
Un cadáver solo los pondría en la lista de los más buscados de alta prioridad, mientras que herirlo obligaría a los guardias a perder tiempo con primeros auxilios y demorar la persecución.
—Lo tomaré como un no.—Lith parpadeó al rehén hacia un lugar seguro en el momento en que el matón estaba lo suficientemente lejos como para no verse afectado también por el hechizo y hacerlo inútil.
Entonces, Lith soltó su dedo medio en un movimiento que generó una bala de aire tan densa y rápida que golpeó en el esternón del hombre tuerto con la violencia de una patada circular.
El matón voló hacia atrás contra sus cómplices, derribándolos al suelo mientras todas sus costillas se astillaban o rompían, convirtiendo cada respiración que tomaba en agonía.