—¿Estás seguro de que no lo haces solo para evitar enfrentarte a Elina? Además, como dijo Friya, esto tampoco es mi tipo de vacaciones. No me siento muy mimado teniendo que trabajar en un laboratorio más de veinte horas al día. —Solus suspiró.
—Sé por experiencia lo difícil que es vivir con una gran carga en la mente. Si pensara que dejarte vagar por el Reino o incluso más allá de sus fronteras te ayudaría, lo haría sin un momento de vacilación. —Respondió Lith.
—Sin embargo, creo que después de caminar con tus piernas, no importa el paisaje que mires desde dentro de la torre, tu mente estaría repitiendo esas pocas horas en las que te enseñamos a pararte, correr y bailar.
—Al trabajar, puedes mantener ocupadas la mente y las manos en lugar de torturarte con el recuerdo de lo que has perdido. Tenemos las próximas ocho horas completamente libres, así que tienes todo el tiempo para demostrarme lo contrario, ¿qué quieres hacer? —