A pesar de la intervención del Profesor Marth, la situación se degeneró tan pronto como Raaz y Linjos lograron recuperarse de la brutal golpiza verbal que acababan de soportar.
—¿Quién es ese lunático desbocado y por qué se le permite tener algún contacto con los estudiantes? ¡No tiene vergüenza ni consideración por los sentimientos de los demás! —Por lo general, Raaz habría sido humilde y sumiso.
Para alguien que nunca había salido del pequeño pueblo de Lutia en más de treinta años, la academia White Griffon resultaba intimidante. Raaz era muy consciente de que incluso un solo ladrillo del castillo valía más dinero del que podría ganar en toda su vida.
Raaz todavía no podía creer que uno de sus hijos hubiera logrado ser admitido en un lugar así. Sospechaba que detrás de todo su valiente discurso, Lith en realidad estaba teniendo una vida difícil, rodeado de niños ricos y consentidos.