Lith esperó a que sus compañeros comprendieran completamente la gravedad de su situación. Sin su ayuda, temía verse obligado a exponerse a sí mismo y a su familia a innumerables peligros.
Los cuatro ahora enfrentaban una elección realmente difícil.
O respaldar su historia, mintiendo al Director y poniendo en peligro sus carreras académicas y el nombre de su familia, o negarse, dejando a Lith enfrentar solo las consecuencias de su desesperado intento por salvar la academia.
—Sé que les pido mucho, pero sepan que no lo hago a la ligera. Si alguno de ustedes no quiere involucrarse, lo entendería y no guardaría rencor.
Un incómodo silencio siguió, la mayoría de ellos no sabía cómo responder. Por un lado, se sentían orgullosos de su amigo, no solo dispuesto a arriesgar tanto para proteger al País de la guerra civil, sino también tener suficiente confianza en ellos para revelar su secreto.