—Es solo que hiere el orgullo de su Señoría que a pesar de su incomparable genio, todavía es una Maga, mientras que Lith ya es un Archimago e incluso yo soy un Gran Mago. —Dijo, sacando esas palabras groseras de su mente.
—Sí. Quiero decir, no. Quiero decir- ¡Ay, dioses, soy tan fácil de leer? —Preguntó mientras miraba la tela verde profundo con envidia.
—Por lo general, no. Pero el hecho de que ignoraste mi brazo y, sin embargo, te apegas a mi túnica como una garrapata es una gran señal. —Morok había estado tratando de recuperar su uniforme de gala de las manos de Quylla pero ella se negaba a soltarlo.
—Lo siento mucho. —Dijo mientras él guardaba la ropa de nuevo.— A veces, dejo que mi competitividad me domine.
—No hace falta disculparse. Ya que encuentras mi túnica tan encantadora, la próxima vez me aseguraré de llevarla. Me gustan las mujeres pegajosas. —Dijo.