—No puedo ver el núcleo de la torre tampoco. Debe ser uno de esos hechizos de ocultación que los Maestros de la Forja utilizan para esconder sus secretos. ¿Puedes desactivarlos, Solus? —preguntó Phloria.
Solus compartió el panel de control con Lith y ambos lo examinaron por un tiempo, tratando de entender las diversas opciones.
—Pensé que se suponía que debías saber por instinto lo que hace cada piso. —Pensó Lith.
—Y eso creía yo también. Tal vez a medida que mi núcleo se recupere, recupere parte de mis recuerdos. Si fui aprendiz de Menadion, esta torre fue mi academia y mi hogar. Pero solo el maestro de la torre podía acceder a este tipo de funciones, por eso no tengo recuerdo de ellas.
—Además, es posible que estén disponibles ahora solo porque el pseudonúcleo de la torre finalmente ha recuperado un poco de su poder. —Respondió ella.