—Obvio, genio, sucedió hace tres días, justo afuera de las cuevas de Belin. Los humanos y los muertos vivientes lucharon contra Scourge y se llevaron una paliza. Recuérdame no coquetear con su hermana en caso de que las cosas vayan mal con Quylla.
—La chica está buena, pero no vale la pena meterse con un tipo así. —Dijo Morok.
—Espera, no conozco a ninguna de esas chicas, pero ¿Scourge? Lo envié a esas cuevas y están apenas a una hora de vuelo de aquí si eres lento. ¿Cómo demonios tardaste tanto en llegar aquí?
—¡No puedo creer que puedas cambiar de forma y aun así nunca hayas aprendido a volar! —Ajatar sintió que le venía un dolor de cabeza.
—¡Claro que sé volar! Es solo que en mi camino aquí me detuve en algunas ciudades para desahogarme y divertirme un poco. —Respondió Morok.
—Tres días de juerga no es divertirse. Tienes problemas. —Dijo Ajatar.