—Una cosa más. Deberías quitarte la ropa. —Dijo Lith.
—¿Qué dices? —Phloria se sonrojó de la cabeza a los pies y también Nalrond.
—La Armadura Skinwalker puede cambiar de forma, pero tu cuerpo está a punto de voltearse de adentro hacia afuera, luego desenredarse y tejerse múltiples veces tan rápido que la armadura no puede mantenerse al día. Quitarte la ropa te ahorrará mucho dolor y hará más fácil el refinamiento del cuerpo.
—¿Y tú verás? ¿Todo el tiempo? —Preguntó Phloria.
—Soy un Sanador. —Lith se sintió un poco ofendido—. Ayudé a Tista a Despertar, he tratado a innumerables mujeres, y te he visto desnuda en el pasado, ¿así que por qué tan tímida?
—¿Y qué hay de ellos? —Ella señaló a los demás.
—Buen punto. —Lith llevó a todos menos a Phloria de regreso al Salón de los Espejos.
—Oye, no es nada que no hayamos visto incontables veces y quiero asegurarme de que Phloria esté bien. —Dijo Quylla.