—¿Escapar? ¡Eso es más fácil decirlo que hacerlo! —Friya entendía las preocupaciones de su hermana, pero la única salida estaba bloqueada por dos no muertos.
El lado positivo de su apuro era que las hermanas Ernas ya habían terminado de preparar sus hechizos y tenían sus armas en mano. La emboscada había tenido éxito, pero la preparación de las chicas había neutralizado su elemento de sorpresa.
Cada una de las Ernas conjuró un hechizo de Guardia Completa, reduciendo la ventaja que otorgaba el superior número de enemigos. El único problema era que después de terminar de tejer los hechizos, no tuvieron tiempo de beber ninguna poción.
Sin la ayuda de la herramienta alquímica, la brecha en el poder físico era su mayor enemigo.
Los espectros olían el miedo embriagador que emanaba de su presa y establecían el orden jerárquico. La niña pequeña era el eslabón más débil, casi al borde del pánico. La chica guapa también estaba asustada, pero su determinación era más fuerte que su miedo.