—¿Mi alma? ¿Qué sabes tú acerca de ella? —Lith estaba desconcertado por sus palabras. Nunca había sido una persona espiritual, pero después de reencarnar dos veces y su encuentro con el Scorpicore, no tener dudas acerca de la existencia de las almas sería idiota.
—Las plantas son diferentes de los monstruos o las bestias mágicas. No evolucionamos por el bien del poder, también obtenemos una mayor afinidad con la Gran Madre. —La dríada rubia hizo un gesto hacia su entorno.
—Nosotros, las Dríades, en particular, estamos profundamente vinculados a todas las formas de vida a nivel espiritual. Puedo decir de un vistazo que tu alma está dañada. No tengo manera de saber cómo sucedió o cómo eso cambió tu vida...
'Creo que tengo una idea clara al respecto.' Lith pensó.
—...pero tal vez, sólo tal vez, puedo ofrecerte una solución, o al menos señalarte la dirección correcta.
—¿Cómo exactamente?