Después de dejar el restaurante, Wendy tomó un taxi a casa. No quería volver allí realmente, pero estaba vestida de manera demasiado ostentosa con su vestido de noche como para ir a otro lugar. No había otra opción además de regresar a casa y cambiarse primero.
Al llegar a casa, observó los alrededores familiares de su departamento. Involuntariamente, trozos y pedazos de los recuerdos que había compartido con Michael aquí vinieron a su mente.
Lo vio desconcertado en la cocina, durmiendo en el sofá, saliendo del baño después de ducharse y reclamando descaradamente que compartieran su cama...
Escena tras escena se reproducía como una película en su mente.
Wendy cerró los ojos, deseando poder destruir esas imágenes. Sin embargo, descubrió que cuanto más trataba de olvidar, más claras se volvían. No quería quedarse allí más tiempo. Si lo hacía, se volvería loca.
Después de cambiarse a ropa casual, metió unos cuantos atuendos en su maleta y abandonó el departamento.