Al día siguiente, Wendy seguía de mal humor. A pesar de haber tomado el mismo coche que Michael hasta la empresa, no le dijo ni una sola palabra durante todo el camino.
Cuando él intentaba iniciar una conversación con ella, ella simplemente respondía con un resoplido.
Después de prepararle el café habitual y poner los documentos sobre su escritorio, volvió a su oficina.
Alrededor de las 10 de la mañana, sintió la necesidad de ir al baño. Por consiguiente, dejó su oficina. Para su sorpresa, escuchó la voz de Yvonne cuando todavía estaba en el cubículo.
Pensó, «¿no me dijo Michael que ya había aclarado las cosas con Yvonne? ¿Qué hace aquí de nuevo?»
La presencia de Yvonne recordó a Wendy lo que Christian le había dicho el día anterior.
Pensó, «¿realmente Michael tiene la intención de asistir a la fiesta de esta noche con Yvonne como su acompañante? ¿Qué es de mí? ¿Qué me convierte en qué?»
