Yvonne siempre había sabido que Michael no la amaba. Sabía que su indulgencia hacia ella solo era para cumplir con su promesa. Si no fuera por eso, no habría tenido que drogarlo hace tres años. Sin embargo, nunca esperó que Wendy se involucrara y terminara casándose con Michael. Si no fuera por la aparición de Wendy, ella sería la esposa de Michael en este momento. Ahora que estaba escuchando estas palabras directamente de Michael, sentía como si el cielo se hubiera derrumbado.
—¿Soy solo una hermana menor? —Yvonne rió con ira mientras retrocedía unos pasos—. Michael, no quiero ser tu hermana menor, quiero ser tu esposa.
—Wendy es mi esposa —dijo Michael—. No te preocupes, organizaré un baile para ti y te permitiré elegir personalmente entre los jóvenes guapos de Ciudad del Lago, ¿está bien?
—No —Yvonne negó con la cabeza desesperadamente mientras las lágrimas caían por su rostro—, no quiero a nadie más que a ti.