"La voz y el comportamiento de Zen no eran normales ahora.
Sin embargo, a Christian no le importaba su condición en absoluto. Su objetivo hoy era simplemente llevarla de vuelta a casa con él.
No le importaba los sentimientos ni la condición física de Zen.
Apretando su vientre con fuerza, Zen miró hacia abajo y observó cómo la mancha de sangre entre sus piernas se volvía más grande.
Su rostro estaba tan pálido que parecía incoloro. Aun así, Christian no se volvió para mirarla.
Era momento de que Zen se enfrentara a la verdad. Christian no la amaba en absoluto. De hecho, no le importaba ni un poco.
Durante los últimos seis años, el amor de Zen hacia Christian había sido puramente unilateral.
En este momento, además de la desesperación y la desesperanza, Zen sintió como el odio comenzaba a crecer en su interior.
Odiaba a Christian. Pero se odiaba a ella misma aún más.
¿Por qué ha esperado hasta ahora para ver que Christian nunca le correspondería?