—Entiendo —Wendy asintió, luego le dijo a Zen—. Espera por mí. Luego se volteó y caminó hacia Michael.
—Sr. Lucas, han estado platicando un buen rato. ¿Vamos hacia ellos?
—Somos solo empleados asalariados, por favor no nos dificulten las cosas —dijo uno de los guardias con una sonrisa—. La mirada penetrante de Michael se clavó en su cara, haciendo que el guardia vacilara y dejara de hablar.
Cuando Michael vio a Wendy acercándose a él, le preguntó suavemente:
—¿Qué sucedió?
El guardia vio a Wendy acercándose a ellos e inmediatamente empezó a caminar hacia Zen.
—¡Detente ahí! —ordenó Wendy—. El guardia se congeló. Wendy rápidamente le susurró al oído a Michael: «Zen quiere abandonar a Christian. Ayudémosla».
Michael frunció el ceño pero no dijo nada. Esperó a que Wendy continuara. —¿Puedes llamar a más hombres?
—La llevaremos por la fuerza —dijo Wendy suavemente pero con firmeza.
