—Mami, ¿vamos a casa de la Bisabuela después del desayuno? —Leah le preguntó a Wendy mientras se sentaba en su silla y sujetaba con fuerza la cuchara con su mano.
Sus ojos brillaban de vida mientras miraba adorablemente a Wendy.
Wendy le dio a Leah un trozo de su bollo de chocolate favorito y respondió calurosamente:
— Así es. ¿No preparaste también un regalo para tu bisabuela? Recuerda llevarlo contigo.
—Está bien —respondió Leah con entusiasmo mientras asentía.
Después de terminar su desayuno, Wendy entró en la cocina.
A la Abuela le encantaba comer pastel de loto, y hacía bastante tiempo que Wendy no preparaba uno.
Había preparado los ingredientes necesarios para el pastel de loto y calculó que si empezaba inmediatamente, debía terminar dentro de una hora o algo así.
Esperaba que a la Abuela le agradara ser recibida con un pastel de loto.
Michael se había dado cuenta de que Wendy estaba ocupada en la cocina.