La declaración de Timothy hizo reír a Wendy.
—¿Qué es tan divertido? —frunció el ceño Timothy, confundido.
—¿Qué es tan divertido, preguntas? —la sonrisa desapareció de la cara de Wendy y fue reemplazada por ira cuando se levantó—. Timothy, dime sinceramente, ¿no confías en mí, verdad?
—¿Cómo tiene esto que ver con si confío o no en ti? —Timothy también se puso de pie, la confusión marcada en su rostro.
Casi parecía genuino. El futuro de HG reposaba completamente sobre los hombros de Wendy.
Timothy no podía permitir ni el más mínimo error. Ya no era una cuestión de confianza. Quería que una de sus personas acompañara a Wendy, de esa manera podía garantizar que no se cometieran errores. La influencia de Wendy en HG era demasiado poderosa.
—No tenemos que dar vueltas aquí —dijo Wendy—, si realmente no confías en mí, entonces simplemente envía a alguien más para que me reemplace. He estado tan cansada estos días y me encantaría tomar un descanso.
