Las palabras de Christian enfurecieron a Wendy.
Él simplemente quería que ella llevara el anillo, así que realmente no importaba en qué dedo lo llevara.
Solo tenía que llevarlo por un tiempo.
Wendy se consolaba en su interior.
Wendy deslizó el anillo en su dedo anular de la mano izquierda mientras Christian miraba.
—¿Feliz ahora?
Christian asintió con una sonrisa en su rostro.
—Ahora devuélvemelo. —Wendy extendió su mano una vez más.
Christian bajó la cabeza y revisó su bolsillo. Al cabo de un rato, la miró y dijo: —Creo que lo puse en el equipaje que fue
facturado.
—¡Qué demonios! —Wendy estaba tan furiosa que maldijo.
Se quitó el anillo y quiso lanzárselo una vez más a Christian.
Christian dijo rápidamente: —Será mejor que cuides bien mi anillo. Tienes que usarlo para cambiarlo por el tuyo.
Wendy respiró hondo tratando de calmar su ira.