—No me importa lo que pienses al respecto. Eres responsable del asunto de hoy. —Michael dijo fríamente—. ¡Pide disculpas a Wendy!
—¿Disculparme? —Winnie pensó que había escuchado la broma más grande del día—. De repente, Winnie comenzó a reír histéricamente y a llorar al mismo tiempo. Se dio la vuelta y recogió el teléfono que había tirado a un lado antes. Metiéndolo en las manos de Michael, gritó:
—de ninguna manera me disculparé. ¿No querías llamar a la policía? Adelante. Envía a tu madre a prisión con tus propias manos.
—Michael miró los ojos rojos de Winnie y su estado emocional actual. Levantó la mano y se frotó el espacio entre las cejas—. Madre, ¿en qué te has convertido? ¿Por qué eres así?
—¡Te dije que llames a la policía! —Winnie levantó la mano y golpeó a Michael.