Una vez más, la conversación de Michael y Todd había terminado con un tono desagradable. Pero, de nuevo, el argumento de Todd era razonable. Y Michael no tenía derecho a impedirle que fuera a visitar a la mamá de Wendy.
Si no hubiera sido por Leah, que sin saberlo le había contado sobre el viaje planeado, él no habría sabido que su esposa llevaba a otro hombre a casa para conocer a su familia. ¡Este nuevo giro con Todd en escena estaba añadiendo más estrés a su ya tensa relación con Wendy!
Michael decidió proceder con cuidado de ahora en adelante y no tomar decisiones precipitadas.
Al menos, se dijo a sí mismo que no debía enfrentarse abiertamente con Todd porque eso definitivamente incurriría en la ira de Wendy y lo pondría en sus malos libros.
Tenía que planificar su próximo movimiento con mucho cuidado.
Cuando llegaron al hotel donde Todd se hospedaba, Michael dijo sin emociones:
—Aquí estamos. Este es tu destino.