—Después de eso, no tienes que decir nada porque yo le explicaré todo a él —dijo Rex mirando a Xander, quien parecía molesto. Con sus amplias zancadas, caminó hacia ellos. —¡Hermana, puedes irte ya. Habla con tu esposo enojado!
A Scarlett le tomó unos segundos darse cuenta de las palabras de Rex.
Miró hacia atrás y se quedó sin palabras al ver a Xander. Su rostro parecía sombrío y la luz en sus ojos era diferente a la que solía ver. Al instante, su cuerpo se paralizó y sus piernas se sintieron pesadas para moverse.
Scarlett solo dio un paso y de repente estaba en el abrazo de Xander. Podía sentir su calor y escuchar su fuerte y ruidoso latido del corazón, como si se escucharan tambores de guerra en su interior. Después de unos segundos, sintió que Xander soltaba su abrazo.
Xander revisó el rostro y el cuerpo de Scarlett para asegurarse de que no tuviera ninguna lesión.