—¿¡Vicente?!
Vernon puso su índice sobre sus labios y miró a los niños, diciéndole a Dorothea que se callara, o estos niños podrían despertarse.
Dorothea se cubrió la boca al instante pero aún no pudo ocultar su sorpresa. Miró a Vernon con incredulidad. Sacudió la cabeza varias veces y luego murmuró: —¿C—Cómo puede ser? ¿Es realmente tan cruel?
—Lo es, puedes preguntarle a Chloe al respecto. Yo lo supe por ella, y ella obtuvo esta información del Oficial cuando la llamaron a la comisaría esta tarde —informó Vernon. Miró a su madre, quien parecía estar tan sorprendida que su cerebro se cortocircuitó en el acto. —¿Por qué te sorprende de todos modos? ¿No te das cuenta de lo terrible monstruo que es Vicente?
—Sé que es terrible. Sé que también es abusivo. Es la razón por la que decidí acudir a ti y a Chloe, porque me doy cuenta de que es tan malo como tu padre… —lamentó Dorothea. —Pero nunca supe que podría ser tan cruel como para atacar a los niños.