—Es exactamente por ti —dijo Vicente—. Me haces… terriblemente nervioso. Eres muy especial para mí, Chelsea, tal vez más de lo que Chloe lo sería jamás."
Vicente casi escupió cuando dijo eso. Porque esa era la mayor mentira que había dicho a alguien en toda su vida.
Chelsea no tenía nada de especial. Siempre había sido muy promedio. No era tan inteligente como Chloe, ni tan hermosa. No tenía el mismo brillo y dulzura que hacían encantadora a Chloe a los ojos de Vicente. Lo único especial de Chelsea era lo desilusionada y fea que era ahora.
—Bueno, voy a usar su engaño de todos modos. Es hora de mostrarle a Chloe qué clase de cosas terribles pasarán si sigue evitándome.
—N—No digas cosas frívolas. Sabes que tengo una horrible cicatriz ahora…. —dijo Chelsea—. Seguía provocando a Vicente para que la siguiera elogiando porque le gustaba ser elogiada por el hombre guapo y perfecto que ella veía en él.