—Bueno, deberías terminar de cenar primero. Voy a bajar a buscar el botiquín de primeros auxilios —dijo Chloe. Se levantó y bajó las escaleras.
Los ojos de Vernon siguieron a Chloe hasta que bajó las escaleras.
Entonces Vernon miró su mano y la cena que Chloe había preparado. Su dolor de corazón empeoró, así que apretó su puño —No seas débil, Vernon. Deberías aprovecharte de ella. Tú fuiste el que le dijo que ella no es más que una criada y una mujer que usarás para tener sexo. No caigas en su trampa de miel.
Vernon apretó su puño para cambiar el dolor de su corazón hacia su mano. Su puño comenzó a sangrar, pero no le importaba. Era mucho mejor que sentir esa extraña sensación en su corazón nuevamente.
—Vernon, ¿ya terminaste la cena? —preguntó Chloe mientras ascendía de vuelta al ático de Vernon.
Vio que Vernon ya había comido lo suficiente y se había pasado al sofá.
—Ya terminé de cenar. Puedes regresar a tu habitación ahora, cuñada —dijo Vernon.