—¡Navidad! ¡Navidad! ¡Vamos! —Mackie estaba emocionada. Corría alrededor de la sala, rodeando cada mueble y el árbol de Navidad. Le ENCANTABA el árbol de Navidad porque sería la primera vez que tenía uno que ella misma decoró.
Cuando vivía con Papá, tenían uno enorme en frente de la mansión, decorado con tantas cosas doradas y costosas que se veían impresionantes.
Pero Mackie no se sentía conectada con ese árbol gigante porque no era ella quien lo decoraba.
Entonces, por lo general, Mamá compraba ese mini árbol de Navidad y también compraba lámparas y algunos adornos para que pudieran decorarlo juntas en la habitación de Mackie.
Mamá decía que no podía comprar uno más grande porque no tenía dinero, lo cual era raro ahora que Mackie tenía más tiempo para pensar.
Porque se suponía que su Papá era muy rico, pero ¿por qué no tenía dinero Mamá?
Cuando ella estaba con Tío en ese momento, él siempre la llevaba al restaurante e incluso compraba los juguetes que ella quería.