Chloe y Mackie fueron escoltadas de vuelta al coche de Vernon. Se sentaron en el asiento trasero, y Mackie abrazó fuerte a su mamá y enterró su cara en el pecho de Mamá.
Chloe lentamente soltó su brazo alrededor de Mackie y dijo: —Ya estamos a salvo en el coche de tu tío. Puedes soltarme, cariño.
—No quiero… —dijo Mackie—. Lo siento, Mamá. Pensé que era lo suficientemente valiente para protegerte. Pero tenía mucho miedo cuando esa vieja aterradora nos miró. También tengo miedo cuando salen esos hombres grandes, parecen zombis….
Chloe suspiró.
Dio suaves palmaditas en la cabeza de su hija, lamentando el trauma que Mackie debía haber sentido.
Primero, tuvo que enfrentar la muerte de su Abuela, y luego fue emboscada por María y sus secuaces. Tuvo que ver y escuchar tantas cosas horribles esta mañana, y Chloe solo podía culparse a sí misma por ser incompetente.
—Lo siento mucho, Cariño. Todo es culpa mía —dijo Chloe con voz temblorosa—. No debería haberte traído aquí.