—¿Matar... a todos ellos? —Chelsea pensó que había escuchado mal—. Claro que no podía esperar a deshacerse de ellos porque sus hijos y su madre no eran más que parásitos que arruinaban todas sus posibilidades de tener una vida feliz y plena.
Pero nunca hubo una idea de matarlos a todos en su mente. Ella solo pensaba que dejarlos sin hogar era suficiente para no tener que cuidar de ellos y tener su propia vida feliz.
—¿Podemos simplemente... dejarlos tranquilos? Pueden quedarse sin hogar y ya está... —Chelsea intentó negociar, ya que no estaba segura de esto.
Los ojos de Vincent se oscurecieron. Él no tenía paciencia para esto —No podemos hacer eso, Chelsea. Empezarán a hacer ruido en público. Tus hijos y tu madre invitarán a esos molestos reporteros, y nos difamarán en Internet de nuevo. Estoy harto de eso, solo quiero una vida tranquila contigo.