—Vernon... —Chloe llamó su nombre en medio de la emoción desbordante en su corazón. Vernon afirmó que podía proteger a Chloe y a su hija con tanta confianza a pesar de todas las adversidades, y eso la hizo sentir querida.
Vernon dijo lo mismo varias veces, y nunca se volvió aburrido o insípido en el oído de Chloe. Porque era como un recordatorio constante y una garantía de que estaba bien protegida y no tenía nada de qué preocuparse mientras confiara en él.
—Definitivamente eres un hombre grande ahora —sonrió Chloe. Se inclinó y le dio a Vernon un profundo beso en la frente.
El cuerpo de Vernon se sacudió por un instante, pero no dijo nada hasta que Chloe terminó el beso.
Chloe finalmente levantó la cabeza después de un rato y sonrió al ver el tono rojizo en las mejillas de Vernon. Él todavía tenía los ojos cerrados, esperando otro beso de su amada.
—Oye, ya terminamos con el beso —recordó Chloe.
Vernon abrió los ojos lentamente, —Otro coqueteo — se quejó.