—¡Está bien, trato! ¡No te arrepientas de esto, Chloe! —Vernon amenazó—. ¡Perderás tu libertad! ¡Me aseguraré de que no hables con nadie excepto conmigo y nuestra pequeña familia! ¡No te permitiré salir a menos que vengas conmigo!
—Está bien. Mhm. Entiendo —Chloe reaccionó con bastantes asentimientos y acuerdo.
Vernon podría ser el que amenazó a Chloe, pero él fue quien se sintió derrotado en este argumento. Guardó el teléfono de Chloe en su bolsillo para asegurarse de que ella no pudiera contactar a Dorothea después de esto, no hasta que su apuesta tuviera un resultado.
Aunque el resultado ya era obvio.
—No entiendo —Vernon murmuró—. ¿Por qué insistes tanto en que perdone a Dorothea? ¿Sabes lo que ella me hizo, verdad?
—Lo sé, y aunque desearía que pudieras perdonarla, todo lo que quiero de esta apuesta es sentarte con ella juntos en una mesa. Quiero que ustedes dos tengan una conversación sincera como madre e hijo.