Shailene sabía que ya no había marcha atrás. El gato estaba fuera de la bolsa esta vez. —¡Chloe es una pederasta!
—¿Q—Qué?! —Dorothea estaba demasiado sorprendida para reaccionar. Esa acusación fue tan inesperada que ni siquiera pudo procesar lo que Shailene acababa de decir.
—¡L—Lo escuchaste bien! —La voz de Shailene comenzó a temblar, vacilante y asustada de que podría haber cometido el peor error de su vida. Pero tenía que ser convincente o de lo contrario perdería su boleto dorado para recuperar a Vernon en su vida.
—¿Sabes quién es el joven que Chloe ha estado manipulando desde que tenía siete años? Estoy segura de que sabes claramente quién es ese hombre.
Dorothea aún no podía creer las palabras de Shailene. Pero aún así, trató de encontrar la identidad de un hombre diez años menor que Chloe y que había estado cerca de ella desde que era joven.