—Pero sigo siendo madre. ¿Qué madre no quiere que su hija sea feliz?— Chloe continuó observando a su hija, que dejó de saludar a Vernon cuando el grandullón entró en su coche y se alejó.
Mackie siguió mirando el coche de Vernon con ojos brillantes, los mismos ojos que mostraba cuando veía a su Papá conduciendo un coche, ya sea yéndose o llegando a casa.
—Ay, mi querida hija…— El corazón de Chloe se apretó al darse cuenta de que Mackie podría haber empezado a vincularse con Vernon.
Sabía que era inevitable. Vernon y Mackie tenían personalidades similares. Mackie incluso podría pasar por hija de Vernon, y nadie lo cuestionaría.
Pero eso era una señal de alerta para Chloe, una señal de que no debería permitir que esto sucediera durante mucho tiempo, o Mackie se encariñaría demasiado con Vernon.
—¿Qué debo hacer? No vamos a estar juntos para siempre con tu Tío….—